Preparación: 2 min
Cocinado: 25 min
Listo en: 40 min
  • Una lubina (de unos 700 gr para dos personas)
  • Sal gruesa

Si sobra pescado después de comer, necesitaremos también:

  • Media cebolla tierna
  • Un diente de ajo
  • Un chorrito de aceite de oliva virgen extra (del bueno)
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida

Pedir en la pescadería que evisceren (que le quiten las vísceras o tripas) la lubina SIN abrirle el vientre, sino por su “garganta”, haciendo un pequeño corte con las tijeras y tirando. En la mayoría de los sitios entienden lo de “va a ir a la sal”. En caso contrario, cambiad de pescadería o hacedlo vosotros mismo. Ha de quedar sin “relleno” y sin que se note a simple vista. Cuanto más intacta esté, menos sal entrará.

Horno a 180º, bandeja de horno con dedo y medio de sal gruesa, bicho encima…

Lubina sin cubrir

y más sal cubriéndolo excepto el ojo (el otro estará abajo, claro). Si el horno ya ha alcanzado los 180º, hala. Si no, a esperar un ratín.

Lubina cubierta

Cuando el ojo esté blanco (sin que llegue a parecer una canica), es decir, unos 20/25 min, ya está.

Lubi 02

Y ahora viene lo más “complicado” de esta sencilla receta. Emplatar sin sal. Se elimina todo la sal posible.

Lubi 04

Podéis ayudaros con una brocha/cepillo de silicona.

Lubi 10

Lubi 11

Se abre la lubina a lo largo del viente y se separa el lomo superior de la espina central. Todo con cuidado para que no se nos cuele sal.

Lubi 13

Quitamos la espina central y ya tenemos el otro lomo.

Lubi 14

Lomo

 

La lubina se puede sustituir por dos caballas.

Si la lubina era de calidad y justa de ración y todo salió bien, la imagen final es ésta:

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¡Exacto! No sobró nada.

Precisamente por esto, solemos elegir una lubina bien grande, porque así nos sobrará, cosa que tiene sus ventajas: ya tenemos cena o aperitivo para el día siguiente, ¡yupi!

 

Os presentamos a Nuestro Encebollado de Sobre (de lo que haya sobrado):

Para ello, desmenuzamos un poco el pescado sobrante, cortamos la mitad de la cebolla en tiras finas y el resto junto al diente de ajo lo pasamos por el picador (que no el abuelo de Vítor).

picador

Como el aparato funciona muy bien, pero gran parte de lo picado se queda puñeteramente pegado a él, usamos nuestra wonder brocha de silicona para rematar. Lo ponemos en un tupper donde nos vaya a caber la lubina sobrante, salpimentamos y añadimos un chorrito de aceite deluxe. Bien mezcladito, disponemos la lubina cuidando que se impregne toda bien y a la nevera hasta servir. Aprovechando algún viaje a la nevera, removemos un poco. Queda así:

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Esta receta vale para casi cualquier sobra (pollo, conejo, caballa, etc.)

Incluso para hacer Makis de Atún o Salmón, hemos utilizado esta lubina encebollada como alternativa y queda también muy rico.

Curiosas, inquietas, renovadoras, inconformistas, persistentes, resilientes (casi na)... también cocinando

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