Botando, botando y rebotando de un lado a otro llegamos a una receta que nos pareció apetecible y cuyos ingredientes no hacían saltar ninguna de nuestras alarmas de “¡Ojo, que contiene grasas, triglicérileches o similares!”
Partiendo de la definción de la RAE de “ensalada” (1. f. Hortaliza o conjunto de hortalizas mezcladas, cortadas en trozos y aderezadas con sal, aceite, vinagre y otros ingredientes.) que más se ajusta a esta “Ensalada Tibia de Berenjena y Tomate”, llegamos a la conclusión de que considerarla como tal debe entenderse como una muestra de generosidad semántica. Quedamos a la espera de vuestra opinión una vez que la hayáis probado.
Vamos allá:
- 2 Berenjenas
- 500 gr. Tomates
- 2 dientes de ajo
- 2 cucharadas de perejil picado
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- Comino molido
- Sal y pimienta
Rallamos el tomate (o usamos tomate triturado de lata) y picamos los ajos.
Asamos las berenjenas a 180º durante 45 minutos (o las cubrimos con un flin y las ponemos 10 minutos en el micro),
dejamos que se enfríen para no escaldarnos los dedetes, quitamos la piel, y dejemos descansar en un colador para que suelten el agua. Escurrimos bien, picamos/troceamos a cuchillo y añadimos sal y pimienta según paladar.
En una olla con aceite de oliva virgen extra incorporamos ajo picadito y lo doramos. Añadimos el tomate, una cucharadita de comino molido y sal y llevamos a ebullición. Cuando empiece a hervir, añadimos las berenjenas, dejamos que evapore el agua, rectificamos de sal y pimienta y cocinamos a fuego lento durante unos 20/30 min. No debe quedar muy hecho.
Podemos servir, caliente, tibia o fría. A nosotras nos gusta de templada a calentita (depende de qué más haya en la mesa). En el momento de servir, podemos añadir un poco de perejil picado que da un toque exótico (por lo del color forestal) y queda monísimo.
Ya tá.
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